Actualidad de la fira

Màtria habla de la memoria privada para llegar a una memoria colectiva, a partir de un hecho como es el fusilamiento de un familiar durante la Guerra Civil. Cuéntanos cómo ha sido el proceso de creación de esta obra, la búsqueda de información.

El proyecto comenzó hace 2 o 3 años, se me ocurrió que podía hacer un espectáculo centrado en este caso, sin tener más información que el fusilamiento de mi tío Enrique. Entonces empecé a preguntar a la familia y fue saliendo información, pero tampoco se sabía demasiado. Hasta que un día mi madre me dijo que mi tía tenía unas cartas de mi tío, escritas entre 1935 y 1939. Con estas cartas fui siguiendo el hilo de su historia y pude captar una idea que decimos mucho a la obra: cuando se acaba la Guerra todo está por hacer y todo es posible, en el mejor y en el peor de los casos.

A partir de aquí, del descubrimiento de estas cartas, comienzo a preguntar más. Porque en el momento en que empiezas a leer sobre memoria histórica te das cuenta que no es sólo los recuerdos, sino el porqué de estos recuerdos, toda la ideología que hay detrás de estos recuerdos. ¿Por qué hoy en día no se habla de todo lo que pasó? Quise dar respuesta a todo esto.

¿Cómo estructuras toda esta información en tu obra?

Este es un espectáculo "metatreatral", es decir, se explica la obra que debía ser, porque esto debía ser una obra que hablara de mi tío Enrique. En cambio, al final te das cuenta que también habla de la familia, de la memoria, de la sociedad y de las mujeres. Pero yo siempre digo que hasta que una obra de teatro no la has hecho 5 veces no sabes bien de qué va. Dentro de Màtria hay como dos espectáculos: por un lado hay un enfoque hacia las mujeres de mi familia, saber qué papel tuvieron. Primero las traté sólo como testigos, pero luego se me revelaron como seres que también hacían otras cosas. Por otra parte, está todo el proceso de investigación de la historia de mi tío.

Emocionalmente, ¿cómo te ha afectado remover toda esta historia e involucrarte de esta manera?

Leer las cartas ha sido duro, porque mi tío tenía 23 años y se me hace muy difícil de entender y aceptar que pudiera pasar por todo esto. Estamos hablando de la generación de nuestros abuelos, hemos conocido y hemos convivido con esta generación. Durante el proceso de creación de la obra llegué a la conclusión de que el capitalismo es higienista, parece que desde la aparición del 2.0 ya no sangramos, ya no hay guerras, que ya todo está limpio. Mentira. Esto sigue pasando y pasaba no hace mucho tiempo atrás. Negar esto significa negar la historia. Yo creo que aquí no se ha hecho una transición o se ha hecho de mentira. Hay una sensación de continuidad del régimen, no han cambiado tanto las cosas. No ha habido una condena del franquismo y esto es una salvajada. Además, algunas de las iniciativas que se han podido poner en marcha tan sólo evidencian la memoria privada, evitan la creación de una memoria colectiva. En el momento en que tú privatizas la memoria de alguien, le estás diciendo que aquello no forma parte de la historia, porque sólo es suyo. Aquí está el error.

¿Qué significa restituir la memoria histórica de un país? ¿Cómo se puede hacer a través de las artes? ¿Cómo se puede hacer a través de la justicia? ¿Cómo se puede hacer a través de la política?

Desde mi humilde ignorancia, creo que primero tenemos que regenerar el concepto de historia y de quien son los agentes históricos que la han construido. Habría que revisar todas las narrativas históricas que se han hecho. Durante todo este proceso yo pensaba que sería muy interesante reunir cara a cara a dos personas con ideologías totalmente opuestas y que pudieran hacer el esfuerzo de escucharse, porque los dos forman parte de la misma historia.

Mi máxima ahora mismo es representar al público, interpelarlo, que vea que lo que estamos explicando tiene que ver con él. Creo que las artes deben ir hacia aquí. La Fira de este año tiene como lema "Participa" y yo creo que se debe replantear este concepto. Creo que la participación debe ir más allá de levantar a la gente, debe consistir en sentirte parte del espectáculo, cada uno a su manera.

¿Cómo aplicarás esto en este espectáculo? ¿Qué papel tendrá el público?

No tengo ni idea. De momento lo único que consigo es que estén en un círculo. Esto es el símbolo. A mí me da la impresión de que la dramaturgia está ahí. Yo tenía un amigo director que decía que tú generas un inconsciente del espectáculo y después este espectáculo se construye a partir de este inconsciente. Yo trabajo mucho por intuición. Todavía estamos en un proceso de discusión y de trabajo para intentar encontrar la fórmula idónea. Intentaremos conseguir que la gente forme parte del espectáculo, que el público se sienta necesario. Que vengan a vivir la obra, no venir a verla.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con tu madre en el escenario?

Es un qué descubrir que tu madre es humana. Es muy bonito. Ella es una gran actriz, yo no lo sabía y realmente lo es. Yo creo que lo está pasando bien, más allá de todo lo que significa remover cosas familiares. Hay cosas en las que nunca nos pondremos de acuerdo, como cuando hablamos de la transición, por ejemplo, pero está siendo una experiencia súper positiva. Lo que veremos en este ensayo abierto es como reacciona con el público delante. Cuando pones a alguien no profesional en el espacio escénico creo que se produce una democratización de este espacio, te aporta una visión totalmente diferente.

Proyectos de futuro. ¿Qué recorrido crees que puede tener Màtria? ¿Crees, por ejemplo, que se podría adaptar a otros conflictos?

Adaptarla sería mucho trabajo. Sí creo que la obra irá evolucionando, que puede convertirse en algo más en un futuro. Yo entiendo las producciones teatrales como seres vivos, inacabados. Espero que tenga mucho recorrido, de momento tenemos actuaciones confirmadas en FiraTàrrega y el Temporada Alta. Tenemos los pies en el suelo. Poco a poco.

Actuaciones

• Día 07: 12:00; 21:00
• Día 08: 12:00; 18:30

Espacio

• Cal Trepat

Carla Rovira